Crítica: El ascenso de Skywalker

Crítica
Publicado: 21 Diciembre 2019
Escrito por Jorge Rodríguez Patiño

Así es como muere la libertad: con un estruendoso aplauso

OJO SPOILER, SI NO HAS VISTO LA PELÍCULA SERIA MEJOR NO LEER. Más adelante volveremos a advertirlo en el momento crítico.

Detallamos partes de la película que destripan momentos esenciales, pero no más alla de lo que cualquiera puede esperar cuando visualiza una película de este calibre.

La creencia popular es que, en El último Jedi  (The Last Jedi, Rian Johnson, 2017), Rian Johnson tomó ciertas decisiones creativas —tan radicales como controvertidas— que terminaron afectando el futuro de la franquicia. Tan es así que Colin Trevorrow, quien estaba destinado a dirigir esta entrega, terminó enojandose porque ya no podía jugar con el personaje de Luke Skywalker y terminó siendo despedido.

La misma creencia popular nos dice que esta última entrega está destinada a corregir el rumbo tomado por Johnson. Y lo hace. El Ascenso de Skywalker (The Rise Of Skywalker, Abrams, 2019) se siente más una secuela directa de El despertar de la Fuerza (The Force Awakens, Abrams, 2015) que de El último Jedi. Esto, al menos, parece confirmar los rumores.

Yo, por mi parte, me resisto a creer que empresas de la envergadura de Disney y Lucasfilm Ltd. no hayan trazado, desde el inicio, una hoja de ruta. Dudo que dejen tanto margen a la improvisación. Cierto es que no se tienen los guiones de las tres historias y conforme se va dando forma a una película las decisiones cambian. Eso lo entiendo. Pero de eso a que Rian Johnson hubiera tenido tanta libertad creativa, lo dudo mucho. Es más, supongamos que la tenía, lo que es realmente sorprendente es que se lo hubiesen permitido.

Así pues, solo nos queda especular dos alternativas: en Lucasfilm Ltd. no saben qué hacer con Star Wars y por eso le dan rienda suelta a cualquiera, o bien los rumores de que Johnson fue el único responsable por cambios tan radicales, en realidad son exagerados. Tal vez, Lucasfilm quiso transitar un camino más arriesgado, pero cuando vieron que la película dividió a los fans, simplemente echaron a Johnson debajo del autobús, haciéndolo lucir como el único responsable.

Quiero creer lo segundo, pero con lo ocurrido en Solo (Solo, A Star Wars Story, Howard, 2018), donde los productores terminaron despidiendo a los directores originales, Phil Lord y Chris Miller, cuando descubrieron que la película que habían filmado no era lo que esperaban, cada vez me voy inclinando más a creer lo primero. ¿En realidad, Lucasfilm descuida tanto las películas al punto de no saber qué es lo que hacen los directores con ellas?

Han Solo folder de la película

En lo personal, esto no lo tomo como darle libertad creativa a los directores, sino como un total desinterés por la franquicia. Lástima, creo que Star Wars merecía un poco más de atención y esmero, sobre todo, si quería conquistar a las generaciones más jóvenes. En fin…

Nuevamente advertimos, a partir de aquí hay Spoiler de 'El Ascenso de Skywalker'

El caso es que El Ascenso de Skywalker es consecuencia de todo lo anterior. Si bien las películas no son vehículos, esta parece tan apurada por acabar que no le importa recurrir al deus ex machina descaradamente o a los giros de tuerca sin sustento. De hecho, estos parecen ser los únicos recursos que conoce Abrams. Déjenme que se los destripe de una vez y les arruine la sorpresa: en la película, todos mueren…

…pero descubrimos, más adelante, que no es así. Siguen vivos por arte de magia —esto es, en un caso, literal—. En otras ocasiones, cuando no se mueren, están en peligro de muerte. Pero nunca nos preocupamos, pues sabemos que terminarán salvándose. Es decir, no existe un riesgo verdadero para los héroes. No sentimos una amenaza sobre ellos. Esto, por supuesto, le resta heroicidad a sus actos. Si no hay riesgo de muerte, no pueden existir actos heroicos.

Algunos dirán que esto es propio de este tipo de películas. Y tienen razón. No obstante, en algunas se esmeran en hacernos creer que la amenaza a la que se enfrentan los protagonistas es verdadera. No es el caso de este Episodio IX. En él,  cada vez que nuestros héroes se enfrentan a un precipicio, sabemos que el Halcón Milenario vendrá a salvarlos.

El riesgo es, pues, puro trámite. Y esa sensación permea toda la película. La sensación de que este es el último episodio y hay que acabarlo a como dé lugar. De buscar el aplauso seguro de la audiencia, a costa de matar la libertad creativa y la lógica argumental. En ese sentido, Abrams parece más preocupado por atar cabos sueltos que poco le importa sembrar más preguntas a su paso. Juega a lo seguro.

Star Wars. Palpatine

De hecho, juega a lo muy seguro. ¿Nos quedamos sin malo? ¡Traigan a Palpatine! Después de todo, no hay más malo que él. Qué importa si es lógico o no. Abrams le da al público lo que intuye que quieren ver, lo que quieren aplaudir. No reta al espectador en ningún momento. Una de las cosas que más me gustan de El último Jedi es, precisamente, la forma valiente en que Johnson desarrolla la película. Lo rompe todo para volver a empezar. En lo personal, no me parece que esté equivocado.

En efecto, muchas decisiones de Johnson son fallidas, otras rayan en lo ridículo, pero valoro que haya intentado hacer algo nuevo con el material. Ese, a mi parecer, es el espíritu original de las primeras películas.

El Episodio IV (A New Hope, Lucas, 1977) y El imperio contraataca (Empire Strikes Back, Kershner, 1980) son historias que hacen eso: retan al espectador, lo llevan a lugares donde no sabía que quería estar. Lo tratan como un ser pensante y, con base en esto, intentan sorprenderlo.

El imperio contraataca, escena de Yoda y Luke

En el caso de El último Jedi, matar a Luke, matar a Snoke o hacer que la ascendencia de Rey sea baladí —permitiéndole construirse a sí misma por méritos propios—, todas esas me parecen decisiones valientes. El Ascenso de Skywalker no las tiene. Así como tampoco tiene una propuesta visual que robe el aliento o una mezcla de sonido que genere tensión y atmósfera. Dirán lo que quieran los detractores de la película de Johnson, pero la escena de la batalla en el cuarto del trono es una delicia visual. Y qué decir del sacrificio de Amilyn Holdo a velocidad de la luz.

Pues bien, nada de eso hay en El Ascenso de Skywalker. Muchas naves, eso sí. También muchos rayos, muchas explosiones, muchos personajes… Mucho de todo metido como por embudo. Es tanto, que cuando salen personajes de otras entregas ya ni siquiera lo considero fan service.

Esta es la segunda ocasión en que Star Wars pierde la corona frente a otra franquicia. En la década de los noventa, el lugar que se esperaba que ocuparan las precuelas de Lucas, lo terminó ocupando Matrix. En esta ocasión, ha sido Marvel quien le ha arrebatado el trono. Al paso que vamos, la franquicia terminará siendo un cascarón hueco. Si no es que ya lo es.

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